Con frecuencia, oímos que el intervalo entre dos cambios de aceite depende de cada motor, según el kilometraje y la antigüedad, y que puede variar entre 10 000 y 30 000 km.

Dicho de forma sencilla, en general, los fabricantes recomiendan cambiar el aceite cada 10 000 o 15 000 km para los motores de gasolina; es decir, alrededor de una vez al año para un uso “habitual” (regular, pero no intensivo) o una vez cada dos años para un uso más esporádico.

En cuanto a los motores diésel, se debe cambiar el aceite cada 7000 km más o menos; es decir, entre una y dos veces al año.

Cabe destacar que los vehículos nuevos necesitan un mantenimiento menos frecuente que los que ya tienen bastantes kilómetros. En caso de duda, consulta el manual de mantenimiento del vehículo o el indicador de mantenimiento en el salpicadero, si el modelo de tu vehículo dispone de uno.

En ningún caso, que el aceite del motor esté negro significa que se deba cambiar. En realidad, esta apariencia ennegrecida del aceite demuestra que cumple su función: esparce las minúsculas partículas metálicas provenientes de la fricción de las piezas y las mantiene en suspensión con el fin de que no se acumulen. Por lo tanto, estas partículas en suspensión son las culpables del oscurecimiento del aceite. El hecho de que el aceite tenga este color no influye en absoluto en sus capacidades para lubricar y proteger el motor, además, las impurezas más grandes se filtran gracias al filtro de aceite.

Efectivamente, la capacidad de retención de partículas es limitada y el aceite alcanza un punto de saturación en el que se debe cambiar o purificar para que continúe lubricando de manera óptima.

Se aconseja cambiar el filtro del motor en cada cambio de aceite. ¿Por qué? Por un lado, para que el aceite antiguo no contamine el nuevo y, por otro, porque, con el tiempo, el filtro pierde su eficacia, además puede incluso colmatarse, lo que provoca que no realice bien su función y ponga en peligro el buen estado del motor. De ahí la necesidad de cambiar el aceite y reemplazar el filtro (según el kilometraje o el indicador de mantenimiento, si tu vehículo dispone de uno). O bien simplemente puedes optar por un filtro permanente y con función autolavado con el que te ahorrarás el cambio de aceite y el reemplazo sistemático del filtro. El aceite se mantiene limpio gracias al filtro, lo que mejora la continua lubricación.

La próxima semana, abordaremos una cuestión que muchos de vosotros se plantea: ¿cuál es el verdadero precio del cambio de aceite?